Nicolás Maduro se atrinchera en juramentarse para un nuevo periodo como presidente de Venezuela a partir del 10 de enero, a pesar de que todas las evidencias disponibles muestran que perdió por paliza las elecciones del 28 de julio ante el opositor Edmundo González. La postura del heredero de Hugo Chávez ha descolocado a la diplomacia colombiana, que había apostado por una salida negociada a la crisis poselectoral de su principal vecino. A un mes de la fecha marcada en el calendario para la toma de posesión, el Gobierno de Gustavo Petro ha insistido en que no habrá reconocimiento sin actas electorales, pero tampoco ruptura de relaciones, en un acto de equilibrio difícil de sostener en el tiempo.
